Todos sueñan con tener una vida exitosa, rodearse de dinero y gente que les recuerde lo fabulosos que son, una vida superficial, una vida que pasa rápido, una vida que no disfrutan por que no se detienen a ver los pequeños y hermosos detalles que hacen que valga la pena su existencia, amar, soñar, reír, llorar, sentir son sólo algunas de esas cosas que dejan pasar preocupándose por lo que viene, por las cuentas que deben pagar, por el auto nuevo que añoran, por quedar bien con las pirañas que los rodean, por tener más y más de lo que no se podrán llevar con ellos a la tumba.
¿La tumba?... ¿La muerte?
La muerte es algo en lo que ninguno piensa, por una u otra razón, por miedo tal vez, el saber que pasará luego de que todo termine, el saber que al lugar donde lleguen su Doctorado no tendrá validez, ni su puesto en el gobierno ni todo el dinero de sus cuentas de banco, miedo, miedo de pagar por todo lo que hicieron estando vivos, de pagar por aquel hombre al que humillaron y le negaron el trabajo aunque lo necesitara para alimentar a sus tres hijos y esposa embarazada, sólo por no vestir un traje caro, o por su propio hijo al que echaron de casa sólo por ser homosexual y del que no volvieron a tener noticias nunca.
Que vidas tan miserables, tan vacías, tan sin sentido, mediocres...
Cómo me gustaría tener otra oportunidad.
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